sábado, 17 de noviembre de 2007

16. PHI PHI ISLANDS... PARAISO NATURAL...

Atrás quedan nuestros días en la Perla del Sur... y hoy embarcamos en el ferry que nos conducirá directos a la isla de mis sueños...


Fueron tantas las veces que vi la película "La Playa"... años soñando con aquellos paisajes... y alimentando la ilusión de poder rodar algún día, allí..., escenas de mi vida...







Y ahora aquí estamos... disfrutando de este viaje, que cada minuto nos acerca más a PHI PHI... ansiosos por llegar y descubrir estas maravillosas islas..., Phi Phi Don y Phi Phi Ley, hermanas, pero distintas... una habitada y otra desierta, pero cada una con un encanto especial.





Imaginar un lugar donde no existen las carreteras..., los semáforos...,los coches..., donde el único medio de transporte son tus propios pies o una colorida barca... Un lugar de aguas turquesas y arenas blancas... increíbles fondos marinos y noches tranquilas iluminadas por los destellos del fuego de algún malabarista...






Conforme vamos acercándonos, podemos ver a lo lejos algunas playas ocultas tras las enormes formaciones rocosas que forman Phi phi ley.






Y por fin llegamos a Ton sai, cogemos nuestros trastos y bajamos del ferry. Una masa de gente ofreciéndote hoteles se acerca intentando captar a algún cliente despistado y recién llegado. Si avanzas un poco más, encuentras otras personas con unos carros en la mano, diciendo en voz alta el nombre de los distintos hoteles. Escuchamos el nuestro: Phi Phi Cabana Resort, así que nos acercamos y un chico muy amable nos carga las maletas en su carretilla, nos dice que nosotros vayamos hacia recepción que en seguida llegará él.

Así lo hacemos, el hotel está muy cerquita, a mano izquierda del muelle. Está bien, pero igual que en muchas zonas de la isla...se nota muchisimo todavía que fue destrozado por el tsunami...





La habitación es sencilla, pero limpia y correcta. Pero lo mejor se esconde tras las cortinas de nuestra terraza... estas preciosas vistas de Loh Dalam Bay!





Phi Phi Don, forma una especie de "H" y en su interior se forman dos bahías, nuestro hotel se encuentra justo en el medio, de modo que por delante te queda Ton sai y por detrás Loh Dalam.





Estoy ansiosisima por salir y empezar a descubrir la isla... pero anoche no dormimos casi nada, con lo del hospital y demás y Angel quiere dormir una horita antes de salir. Brrrrrr! no me queda otra que morderme las uñas, mirando el paisaje hasta que se despierta...

Y en cuanto abre los ojos, le hago saltar de la cama! Es medio día, así que nos comemos un frankfurt rápido y riquísimo que compramos a una chica en un puesto ambulante cerca del hotel... y ya sin excusas posibles, buscamos una barca, negociamos el precio y recorrido... y partimos rumbo a Phi Phi Ley!!



Phi Phi Ley es una isla deshabitada y protegida, no hay viviendas, hoteles, restaurantes... ni marihuana! grandes acantilados, cubiertos de vegetación forman la isla, y aunque no encontrareis la comunidad de Leonardo di Caprio... ocultas entre sus enormes riscos verdes, encontrareis maravillas como Maya Bay o The Lagoon, que aunque parecen sacadas de la ficción de una película... estas, si son totalmente reales.







Nos dirigimos a Maya Bay,"La Playa"... debido a su situación, por la tarde, queda ensombrecida por las enormes paredes de piedra que la custodian... y aunque eso le hace perder un poco el encanto visual, oscureciendo el color de sus claras aguas, puedes disfrutarla sin el mogollón de gente que llega por las mañanas en excursiones organizadas desde Krabi o Phuket, así que como tenemos el privilegio de pasar aquí un par de días, volveremos mañana por la mañana para volver a verla en todo su esplendor de color!










Debido a que es parte de un parque natural, si queréis pisar "La Playa" hay que pagar una pequeña cantidad por persona, aunque supongo que si la visitáis en excursión organizada debe ir incluido en el precio.







Y aunque me parecía increíble..., allí estábamos... paseamos, nos dimos un baño y disfrutamos de la tranquilidad que había aquellas horas.













Nos fuimos sin pena... sabiendo que mañana volveríamos...










A mano izquierda, vimos una pequeña playita, que aún le llegaban unos rayitos de sol, le dijimos al barquero que nos acercara, y realmente parecía la playa de un náufrago... había una pequeña cabaña hecha polvo y restos de una hoguera. Únicamente encontramos este grupo de personas, que parecían haber llegado nadando... pero no tenían pinta de haber naufragado...










Seguimos nuestro camino y hacemos una paradita para hacer snorkel. Aunque el agua es tan transparente, que desde la barca puedes ver perfectamente su interior.








Después de nuestra corta convivencia con los peces, ponemos rumbo a "The Lagoon"...




Una laguna marina de aguas cálidas y totalmente calmadas... impresionante!!




Únicamente accesible por esta pequeña obertura.

Y aquella tarde tuvimos el privilegio de tenerla para nosotros solos...




Fue algo alucinante!! aquella inmensidad nos rodeaba, y nos hacía sentir tan pequeños...El absoluto silencio te envolvía...y aquel milagro de la naturaleza ,en su más rotunda soledad, adquiría un matiz misterioso, que impresionaba a la vez que te hacia sentir libre... el agua hervía y ni un rayo de sol calentaba ya sus tranquilas aguas... de repente la sensación de ser absorbido hacia las profundidades de aquel increíble lugar te inundaba.

Supongo que fue el momento... el estar allí solo nosotros... únicamente acompañados de aquel salvaje paisaje...pero fue... inolvidable!












De vuelta a Phi Phi Don, pasamos por la cueva Vikinga.





y para rematar la tarde...

paradita entre las dos islas a ver la puesta de sol...




Otro momento mágico díficil de explicar con palabras..., pero que si cierro los ojos puedo volver a sentir...














Estuvimos allí parados, en mitad de ninguna parte...




una música desconocida, sonaba de fondo en la pequeña radio de nuestro barquero...




y los últimos rayos de sol aún calentaban nuestra piel...
















y allí seguimos...dejándonos mecer por el suave vaivén del mar... hasta que el sol se perdió en el horizonte...




De vuelta al hotel, nos duchamos y salimos con tiempo para dar un paseo por la zona antes de cenar.

Cenamos en el Carpe Diem, un sitio muy chulo a orillas de la playa.




Puedes cenar sentado en el suelo, mientras disfrutas de la música en directo y los espéctaculos de fuego que hacen cada noche.







Solo he pasado un día aquí y ya me ha enamorado...







1 comentario:

Anónimo dijo...

hola, quiero saber si en esta isla se puede alojarse o solo lo haces en un dia? gracias...